La experiencia comenzó casi por casualidad, cuando, junto a unos amigos que tocaban y cantaban, decidí crearles una cuenta de Instagram con la intención de difundir su talento y permitir que más personas pudieran disfrutar de su música. Desde entonces me ocupé de ayudarles a moverse: gestionaba las redes sociales, contactaba con personas interesadas y organizaba algunas oportunidades para que pudieran tocar, como en bodas o pequeños eventos.

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Gracias a esa presencia en redes, el grupo fue ganando visibilidad y alcanzó más de 192 mil visualizaciones en un vídeo de TikTok. A raíz de esa repercusión, recibimos una invitación del programa La Voz España para participar en su edición de adultos. Aunque yo no formaba parte del grupo como músico, los acompañé durante todo el proceso de castings, que fue muy emocionante. Pasaron los primeros filtros entre miles de participantes y finalmente fueron seleccionados para participar en la edición de 2022. Estimo que solo unos 90 de los 10.000 participantes fueron elegidos para salir en televisión, lo que supuso un reconocimiento enorme al esfuerzo y talento del grupo.

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Sin embargo, uno de los integrantes tomó la decisión de no firmar el contrato, ya que temía que los compromisos que este implicaba pudieran perjudicar sus estudios. Aquella decisión personal, completamente comprendida por el resto, impidió que el grupo pudiera continuar en el programa. Aun así, continuamos organizando nuevos conciertos.

 

Para mí, esta experiencia me permitió aprender sobre gestión de redes, trabajo en equipo y el funcionamiento del entorno musical desde dentro, además de la satisfacción de haber llevado el talento de mis amigos a más personas y haberlos conducido hasta la televisión.